Paró nadie sabe cómo un disparo a quemarropa en el último minuto de la prórroga, apenas a tres palmos de su cuerpo, que amargaba más la noche a Shevchenko. Al Milan ya no le cabía más miedo en el cuerpo, temblaba, no sabía si atacar o pellizcarse para ver si aquello era verdad, que le estaba sucediendo a un conjunto italino o al italiano menos italiano. Sale bien el conjunto portugués, sorprendió y se ilusiona con el empate ante su gente. El conjunto de Klopp se impuso fuera de casa y tiene ventaja rumbo a las semifinales del torneo. Su bandera responde a las oscuras tonalidades del escudo de armas de la Commonwealth, pero los colores oficiales del país son, desde 1984, el verde y el oro, también adoptados para su vestimenta deportiva. De hecho, es la que Juergen Klinsmann quiere que su selección vista en el inminente Mundial: «La vestimenta roja impone más respeto que la blanca. Y resulta más bonita estéticamente», argumentó el entrenador alemán. Pero se trató de un hecho aislado: como su vestimenta coincidía con la del rival, el modesto club Kimberley de Mar del Plata salió en su auxilio y ofreció su equipamiento ante la emergencia.
El fútbol y el automovilismo, en especial F1, forman parte de sus grandes pasiones en el mundo del deporte, mismos de los que gusta de transmitir esa emoción a otras personas. 38′ Tanto Luis Díaz como Sadio Mané no dudan en ir a morder cada vez que la pelota llega a los pies de Courtois. Irlanda del Norte, en vez de jugar de rojo o blanco, lo hace de verde. Estos son los elegidos por el director técnico interino del Chelsea tras la salida de Potter. Otras selecciones que han adoptado tonalidades extranjeras son Turks y Caicos, Sri Lanka y Fiyi, que juegan de blanco; Islas Cook y Yemen, que se visten de verde; Chipre, que se envuelve de azul; y Nueva Caledonia, cuya camiseta es gris. Y a partir de 2006 los números dorsales son dorados, en recuerdo a la orfebrería azteca. Algunas de las selecciones que no se clasificaron a Alemania 2006 también suelen rebelarse ante los colores patrios. Ese golpe certero alteró por completo las coordenadas de lo que se preveía un asunto pausado, sin ritmo, con el Liverpool guardando la cueva de Dudek y el Milan, por jerarquía, por futbolistas, corriendo con el riesgo.
Dudek realiza su parada milagrosa en la cara de Shevchenko en el último minuto de la prórroga. En media hora, sólo los destellos de clase, el regate en velocidad de Shevchenko, parecían amenazar a los guardianes de un Dudek crecidos en el castigo. En un exceso de pulsaciones, el hispanobrasileño se atreve con el golpeo de media distancia cuando tenía opciones de abrir hacia Marcos Llorente. En ese sentido, la principal novedad que presenta el técnico bonaerense es la titularidad de Thomas Lemar, que sienta a Marcos Llorente pocos días después de cuajar su mejor actuación como rojiblanco en Mestalla. Primer remate de Alexander Arnold en este complemento que es desviado en el trayecto. Se acomodó tirándola por encimad de dos rivales y sacó un remate a las manos de Bravo. Según el diario ‘The Times’, Liverpool pidió prestado ese dinero para fichar a Torres, el ex jugador del Atlético de Madrid que lleva ya marcados treinta goles esta temporada, superando las expectativas del propir entrenador, Rafael Benítez. Porque todo lo que pareció desequilibrio del primer acto, lo equilibró con fe en un imposible el Liverpool en el segundo. Firmino casi pone el segundo para los Reds. En el tiempo extra insistía el Milan, llegaba más y mejor, con más argumentos, pero eso poco importa cuando los ‘reds’ indómitos ya creían que por por derecho la corona les pertenecía.
No hace muchos años Togo, aprovechando la similitud de colores, jugó con las camisetas que Brasil había usado en el Mundial 98. Más cuestiones de la pobreza africana: Lesotho llegó a vestirse con la indumentaria oficial de Inglaterra, aunque con su escudo nacional pegado por encima del inglés y con un improvisado dibujo de su bandera en el centro de la camiseta. Un hecho similar ocurre con Holanda, cuyo estandarte nacional es rojo, blanco y azul, pero cuyos seleccionados visten naranja, en honor a la familia real de los Países Bajos, la Casa de Orange- Nassau. Ante las quejas de los nacionalistas, que pretenden el regreso del rojo, Kawabuchi argumentó: «El azul es el mejor color para que nuestra bandera nacional se distinga con nitidez sobre la camiseta». La decisión fue del actual presidente de la Asociación Japonesa de Fútbol, Saburo Kawabuchi, en 1996. Con el azul se intentó eliminar la sensación perdedora de los años anteriores, en los que Japón jugaba de rojo, y también se buscó diferenciarse de Corea de Sur y China, las otras referencias regionales.
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